No más escucha…

Hay tiempos cuando las palabras de ánimo no salen. No sabemos cómo responder en momentos difíciles. Pero la verdad es que muchas de las veces no tenemos que hacer nada más que escuchar. Dar nuestro tiempo para escuchar puede crear la libertad de una persona que no se ha podido desahogarse por todo lo que ha pasado con los incendios. Cuando estaba caminando con una amistad, esta me contó que no ha podido dormir porque está repitiendo en su mente todo la que ha perdido y pensando en el camino que está por delante, note que el peso de lo que estaba cargando se empezó a sentir más liviano.

Lo único que puedo ofrecer en estos momentos es un espacio para que se sientan escuchados, caminen, se alimenten, y tomen agua. El alimento y el agua es lo más esencial. Con un buen alimento hay lugar para un buen pensamiento. Cuando uno está caminando, el cuerpo sabe que uno está haciendo algo bueno para sí mismo.

Y lo último, si quiere ser escuchado, usted conoce a la persona que lo va escuchar. Busque esa amistad o esa persona de confianza que pueda estar presente. 

A veces no necesitamos una solución más que nos escuchen y nos ayuden a desahogar. Como me dijo mi amigo, “Si podemos ir a caminar, voy a decir muchas cosas y no necesito que me des un consejo. No más escucha. Por favor.”